Seguro que sabrán que existen cápsulas de bobina móvil, imán móvil e incluso capacitivas, pero seguro que no sabían que también existieron en su día cápsulas fotoeléctricas. ¿Que no? vean vean:
En 1942 Philco sacó al mercado su radiogramola 42-1008 Beam-of-light, que podéis ver en esta fotografía:
Lo de Beam-of-light (rayo de luz) nos da ya una pista de la característica que hace especial a este aparato. Una vista de su plato giradiscos y más adelante desvelaremos el secreto:
Dentro de la cápsula fonocaptora, que nos llama la atención por su enorme tamaño, se halla una lámpara eléctrica, un pequeño espejo mecánicamente fijado a la aguja y una célula fotoeléctrica, todo dispuesto según este dibujo:
Creo que a la vista de esto no hace falta dar más explicaciones. El espejo móvil con su vibración, modula la luz procedente de la lámpara eléctrica. La célula fotoeléctrica se encarga de captar estas variaciones de luz que son un reflejo del contenido del surco y convertirlas en señales eléctricas que serán convenientemente amplificadas. Es un sistema parecido al sonido óptico en cinematografía sólo que la modulación de la luz no la realiza la variación de opacidad en la banda sonora sino los surcos de un disco.
De la serie el apasionante mundo de la arqueología tecnológica
Un saludo
Última edición por Yo mismo propio el Lun Abr 21, 2008 3:25 pm, editado 1 vez en total.
Siempre intento escribir con corrección, aún así si alguien encuentra alguna falta de ortografía se la puede quedar.
Vaya, lo tenia oido pero no explicado en su conjunto, gracias por el post, estas cosas me gustan, y yo que creia en el 59 que una pastilla de guitarra Fender y el órgano Farfisa eran lo mas avanzado en captación y generación de sonido por instrumentos musicales.......................... lo mas raro que quise aprender fue el Theremin por entonces utilizado en peliculas de ciencia ficción para efectos especiales, lo probamos en Barcelona, en la tienda musical Alberdi, no era lo mio......................................... para tocar las notas del "Quinto Levanta" entre cinco músicos, nos las vimos canutas.
Que tiempos................................ ahora estoy delante de un programa musical en el portátil llamado REBHIRT 2. (SINTETIZADORES VIRTUALES, MEZCLAS, EFECTOS) y me quedo a cuadros cuando los amigos me dicen, ese es un programa ya "VIEJO", es un todo musical, con el culo pegado a la silla................................. Na que me he hecho "Mayor", pero soy cabezón e intento hacer algo.
Pues yo si sabía algo de estas cápsulas, ya que en fonografía se han utilizado todas las variantes de la transducción habidas y por haber.
El mayor problema debió ser conseguir una célula fotoemisiva lo suficientemente pequeña como para que cupiera en la carcasa del fonocaptor, pues las que en aquella época estaban al uso, eran lógicamente del tamaño de una válvula; eran las corrientemente empleadas, como bien se dice, en cinematografía sonora. Yo tengo un proyector Marín de 16 mm, ¡¡¡peazo maquinucho!!! y con amplificador de válvulas, por lo que en lógica, su célula es también de tipo fotoemisivo y va en su compartimento que está situado en el centro del tambor cinético.
Sin embargo, los lectores OSSA Stabyl de los cronos VI C, del Quijano (35 mm), que originalmente venían preparados para células del tipo "válvula", están instalados desde el año 74, trayendo montados de fábrica unos módulos cilíndricos que llevan incorporada una minúscula célula solar de silicio; si no me equivoco, creo que en realidad se trata del fotodiodo BPW34. Bien es verdad que los amplificadores que se instalaron desde un principio eran ya transistorizados, por lo que para este menester es mas adecuado el tipo de fotocélula de silicio, al no precisar tensiones elevadas de polarización.
Volviendo al fonocaptor, hay que decir que la lámpara excitadora plantearía menos problemas, pues desde hace mas cien años, se sabe construír lamparitas incandescentes diminutas que servirían perfectamente a la finalidad buscada de producir un haz luminoso suficientemente potente y procedente de una fuente de dimensiones reducidas para su fácil enfoque.
Por lo que se ve en el dibujo adjunto, parece que incluso este sistema hacía uso de un microobjetivo con ranura, al igual que en cinematografía, para concentrar el haz sobre la placa móvil que hace de espejo. En realidad se trata de obtener una variación del área luminosa en relación con el movimiento de la aguja, para proporcionar a la célula un flujo luminoso variable en consonancia con la modulación del surco.
Y si nos ponemos ya en plan pijotero, solo habría que pensar en la posibilidad de un fonocaptor electrolítico, en el cual, un electrodo móvil acoplado a la suspensión de la aguja, penetrara mas o menos en una solución conductora, generando una corriente mayor o menor, con relación a otro electrodo fijo, con el que formaría un par galvánico. Como la tensión del par permanece constante, lo que variariá sería la intensidad de corriente en proporción a la superficie bañada por el electrólito, la cual a su vez es función de la modulación del surco. Si tal corriente se hace pasar por una resistencia, entonces en bornes de ésta, encontraríamos una tensión variable susceptible de ser amplificada, con lo que nuestro fonocaptor electrolítico, mitad cápsula, mitad pila, en teoría debería servir al propósito buscado de convertir la forma de onda registrada en el surco en una señal de audiofrecuencia reproducida de tal grabación.
En realidad, este sistema de transducción se utilizó también en técnica microfónica hace años ya.
Y si en lugar de micrófonos y fonocaptores fotoeléctricos, habláramos de transmisión óptica de audio a distancia, por cuatro pesetas y media, ¿que pasaría, eh?.
Si lo que no se le ocurra a una mente calenturienta...
73 de Germanio.
P.D.: ¡Hombre, ya me ha subido el vúmetro a -7 dB!. ¿Me estaré volviendo algo maloteee de pronto?, jeeeeeeeeeeejejejeeee.
