Pues hablando del uso dado a nuestros queridos magnetófonos, yo diré que comencé en el año 75 a hacer mis propias grabaciones con un aparato de cassette al que tengo mucho cariño, uno de fabricación italiana heredero de la tradición de su predecesor, el Geloso, pero esta vez a cassette. El magnetofón en cuestión se llama Geleson, modelo P15-127, con teclas de colores, como el Geloso, pero redondas. Un aparato casi de juguete, pero con características técnicas sorprendentes, dignas de cualquier magnetófono doméstico de bobinas de alta gama. Borrado y premagnetización por alta frecuencia, control manual de modulación, entrada de micro con control remoto, salida de línea en reproducción, preamplificador con transistores de silicio de muy bajo nivel de ruido, regulador electrónico de velocidad para el motor, entrada para alimentación externa a 9 voltios además de las pilas incorporadas... en fin, todo un lujo. Solo le faltaba de origen la salida de altavoz exterior, que luego ya se la hice yo con una hembra de jack de 3,5 mm, pues aunque su amplificador de salida, este sí con transistores de germanio, da solamente 1,5 watios, tiene una calidad muy, pero que muy decente, permitiendo una mejor respuesta de frecuencia si se reproduce con altavoz exterior. Su micrófono dinámico con interruptor de telemando de arranque y parada del motor, es del típico diseño "setentón", pero con una cápsula omnidireccional que permite tomas de sonido y grabaciones realmente asombrosas, por lo que todo el equipo guarda una bien proporcionada relación de calidad, además de estar construído casi a prueba de bombas, pues actualmente con 34 años a sus espaldas, sigue en servicio, ocupando un lugar relevante en mi estudio. Solo hubo que cambiarle la cabeza combinada allá por el año 82, con lo que si bien perdió algo de su primitiva calidad de reproducción, sin embargo sigue grabando como en el 75. Solamente precisa una renovación de todas las correas, pues eso es lo que tienen los sistemas mecánicos que se basan en el uso del neopreno, que éste envejece y al final o se rompen o patinan, con lo cual, o el aparato se para o bien introduce algo de fluctuación en la velocidad, que es a la postre, lo que le está empezando a ocurrir a mi Geleson. Cuestión de ir a la tienda y traerme un juego de todas ellas, que no son mas que 3 o 4, o sea, baratillo.
En cuanto a cosas mas serias, mi primer aparato de bobinas fué y es un Kolster Record 432, transistorizado, de 4 pistas mono y 3 velocidades, seguido al poco tiempo por un Ingra AM60 al cual transistoricé como reproductor solo (nunca me lo podré perdonar), si bien ahora tengo unos cuantos AM60 mas, originales y que funcionan bien. Luego vino un Kolster muy parecido al primero, el 431. Ambos me sirvieron excelentemente -con sus manías y temperamento muy especial- en mi estudio, en la época fuerte de "La Voz de Ciudad Real", sobre todo para grabar mi programa "Radiomanía", allá por los años 80 al 82.
Y finalmente, con el segundo "apaño" del estudio, llegó el primer Revox, un A77 MK-IV de cuatro pistas, seguido al poco por otro A77 igual, pero de dos pistas; luego un tercer Revox, un A77 MK-II, el de frontal de aluminio, hasta llegar al B77 HS, que a diferencia de los A77 que tengo y que son de 7½ y 3/4, éste es de 7½ - 15". También tengo, para reportaje un Uher 4000 Report-L, mono, que graba de forma excelente.
Yo, en mi estudio, básicamente he tenido en uso los magnetófonos para todo lo relativo a la realización radiofónica, tal como la grabación de programas completos, montaje de reportajes, cuñas, sonorizaciones video y cinematográficas, audiovisuales, trabajos de audio para televisión, etc., pues aunque tengo varios ordenadores en casa, nunca he querido "transgredir" el "sancta-sanctorum" de mi estudio con una de éstas máquinas. Manías, no me preguntéis por qué.
Yo para el paso a digital uso grabadoras profesionales de CD de audio, tales como la Fostex CR300 o las HHB 830 y 830 Plus.
En cuanto a las grabaciones mas
gordas que yo he realizado con mis magnetófonos, sería largo de enumerar, pero incluyen conciertos de cantautores locales y no tanto, bandas de música, corales, incluso en
glorioso mono con el Uher y un solo micro de condensador transistorizado, que curiosamente salió muy bien, así como reportajes radiofónicos, incluído uno que hice en octubre del 92 y que se emitió en Radio Ciudad Real, en la edición local de "Protagonistas", cuando la citada emisora ya pertenecía a Onda Cero, en una época en que yo "militaba" en la Asociación Manchega de Amigos del Ferrocarríl, recorriendo
a patita y con unos 10 kilos de material al hombro, los casi 20 kilómetros que separan la estación de Cinco Casas de la de Tomelloso, por la línea ya clausurada años antes. Toda una tortura llevada con estoicismo y orgullo, pues caminar por la vía del tren con el equipo magnetofónico a cuestas, era algo un tantico cansino. Este fué un reportaje que luego además llevó mucho trabajo de montaje, pues hubo que sacar a una cinta aparte todos los cortes en bruto grabados con el Uher, dejándolos limpios de principio y final, para pasar a continuación a montar ya el programa completo, con sintonías y locuciones; todo ello realizado entre dos A77 y uno de los Kolster, pues el B77 todavía no había llegado a mi estudio. Si alguien tiene mucho interés en escuchar este reportaje, no por la importancia en sí del mismo, sino para comprobar lo que se puede hacer montando directamente sobre la cinta, se lo podría pasar a MP3 (muy a mi pesar, pero todo sea por el ancho de banda). Y es que, aunque algunos no lo crean, ya había radio antes de la llegada de la época digital, y se grababa, se montaba y todo salía muy rematadito y bien acabado, especialmente si eras un poco detallista. Hoy día, parece que si no hay un Protools de por medio, ya es imposible hacer algo bien, lo cual no es cierto, salvo que en el estudio hayas tirado a la chatarra todo lo que tuvieras anteriormente por considerarlo
obsoleto.
Yo he llegado a hacer reportajes incluso con un Remco S-2005 (con el que entrevisté a Raphael, a los componentes del grupo Jarcha, a los cantautores Lole y Manuel, entre otras figuras de renombre...) y con un Geloso G19-258, ambos exactamente iguales, aunque con algún cambio en el color de las teclas y el acabado de la rejilla de altavoz. Unos aparatos de bobinas pequeñas, realmente malillos, que graban a 1 7/8 (4,75 cm/seg), pero que son ampliamente superados por cualquier magnetofón de cassette medianito.
También tengo una buena colección de cintas a 7½ con sonido ambiente y música de bandas procesionales de Semana Santa, para un trabajo videográfico en Betacam que luego no se llegó a culminar; todas ellas grabadas con el Uher, y un micro también legendario, el D-190E de AKG, de los que tengo dos unidades. Este material de archivo luego me ha servido para montar un "paisaje sonoro" de Semana Santa, con destino a un trabajo publicitario para televisión a nivel nacional sobre la semana de pasión en Ciudad Real.
Las grabaciones musicales de mas envergadura que yo he realizado en cinta magnetofónica, ya no ha sido en mi estudio, sino en el de la Concejalía de Juventud, donde trabajo. Son mas de 100 maquetas de grupos locales, registradas entre el año 95 y el 2004, fecha en la que grabé la última en cinta, pues dos años antes ya había empezado a usar el "Cool Edit" para ello. Allí hay un Otari MX50 y un Tascam 32, ambos de dos pistas estéreo, con velocidad alta (7½-15") que sigo manteniendo instalados en el control y en orden de marcha, a la espera de que haya presupuesto para comprar una caja de "tortas" de 760 mts de cinta y poder grabar en analógico cuando se nos antoje, aunque como ya sabréis, los presupuestos municipales son raquíticos (para unas cosas, que para otras no lo son tanto).
Y no nos engañemos, los sistemas digitales en PCM lineal son muy, pero que muy prácticos y versátiles, menos cuando se te cuelga el ordenador
, pues permiten la grabación en multipista y la edición de las formas de onda casi de la forma en que uno quiera, eso sí, siempre que el resultado final se almacene en kilométricos archivos WAV, nunca en MP3 o similares con compresión de datos; pero el aquél y el regustillo de la cinta, que permite incluso el montaje "por cirugía", con empalmadora y "pega-pega", está lejos de ser emulado por ningún sistema de registro sonoro digital. Incluso la magia de contemplar las bobinas dando vueltas y la cinta pasar por las cabezas y el cabrestante, tiene su peculiar e insustituíble encanto. Es algo similar, por no decir idéntico, a la diferencia que existe entre dar una sesión cinematográfica con los modernos "cinexines", o sea, el videoproyector y el DVD, o darla con una máquina de 35 mm, con su motor, su cruz de Malta, sus bobinas, su lector de banda, su "peassso" linterna de 80 o mas amperios -si es de arco de carbones, mejor que mejor- y el repiqueteo de los bucles en la cabina, ese "rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr" tan característico de los proyectores cinematográficos, aunque sean de 16 o Super-8 mm, que no hay color, incluso aunque los modernos proyectores DLP sean capaces de sacarte una imagen casi irreprochable y prácticamente igual de luminosa sobre una pantalla de 12 mts de ancha, incluso con sus raquíticas lámparas de vapor de mercurio de tan solo 250 watios. Pero que no es igual, que eso no es verdaderamente CINE; pues lo mismo con el sonido, que aunque un PCM a 16 bits y 44,1 KHz, como el del CD te ofrezca ya una calidad impresionante, la sensación de "vida" que te da una máquina magnetofónica, no la tienes con la informática.
Respecto a las platinas o pletinas, que sobre la nomenclatura todavía no hay acuerdo unánime, mejor será que aplacemos para otro día el comentario de mi material para el formato de cassette, aparte del legendario Geleson del que os he hablado anteriormente.
Por mi parte, puedo jactarme de tener en casa un estudio, para uso particular y no comercial, pues ya ni cuñas grabo desde hace mas de un año, pero al estilo de los gloriosos tiempos de la radiodifusión. A ver si os pongo algunas fotillos del mismo, que a mas de uno de los veteranos de las ondas, se le va a caer una lagrimilla cuando vea el equipamiento de la cabina de control. La verdad es que, mi tiempo, mi dinero y mis sacrificios me ha costado, pero ahí está.
¡¡¡LARGA VIDA A LA CINTA!!!.
73 de Germanio.
así que muchas veces antes de comprarme un aparato me cuestiono internamente ¿Y qué es lo que voy a grabar con este equipo?
