No solo soy nuevo en estos lares Gramofóricos, si no que también en el mundo de los vinilos. No así en los discos compactos, que hasta la fecha han sido mi forma de abordar la música. Tuve esa edad eufórica de bajar discografías enteras por el Ares, eMules y etc. la novedad del momento, la descarga masiva de música desordenada y en calidad pésima que se quedaba en un rincón del disco duro. De ahí que empezase a valorar la escucha de un disco comprado, con su librito, su portada, sus temas pensados en un orden. Se disfruta y se escucha de otra manera. Se goza.
Soy músico des de los 14 años, tengo 28 actualmente, y mi sendero de vida ha ido acompañado de la música tanto como aficionado al bajo eléctrico como melómano, de todo, empezando des de punk sucio garajero, pasando por rock, hard rock, metal, hardcore, doom, stoner, reggae, ska, blues, soul, funk, jazz... y cada vez la lista es más grande y la sed de títulos mayor.
Hace un tiempo, a causa de amistades provenientes del Jazz y el Blues, coincidí con varias personas que me transmitieron su amor por el vinilo y el ritual que lo acompaña, algo similar a lo que yo hacía con los discos compactos pero con un carácter y un sonido más mágico. Me enamoré ipso facto y buscaba excusas para ir a casa de alguno a disfrutar nuevamente de ello.
Así que aquí estoy, surcando este mar.
Quería agradecer a los compañeros Ungawa por su amabilidad y generosidad para con sus conocimientos y mis carencias; pendiente queda catar ese Phillips y que se venga conmigo, y al compañero beto69 que con su colección y buen hacer surtirá los primeros vinilos a mi discoteca.
Saludos a todos y un placer enorme estar por aquí.
Nos leemos!
